viernes, 14 de junio de 2013

Entrevista - José Ángel González, periodista


El autor de mucho más que
"Syd Barrett Busca La Armonía Celeste En Oseira"
  y "Monástico Syd" (Spanishgrass)
Una vez encontrado a José Ángel González, no nos quedaba más remedio que preguntarle por su artículo de La Naval... sin embargo, había muchas otras cosas de las que hablar que eclipsan a lo que es ni la punta del iceberg de un artista.
Entre otras perlas:


Os mostramos unos enlaces de interés acerca de él


Pero vamos a lo que vamos: Estas fueron las preguntas, estas fueron las respuestas...


La movida viguesa… ¿Hay algún momento en el que te diste cuenta de que aquellos tiempos iban a quedar para siempre?

¿Han "quedado para siempre"? La pervivencia debe ser personal, nunca atrincherada en lo histórico-museístico, y creo que a todas las movidas las han utilizado los profesionales de la utilización —políticos, artistas en búsqueda del Grial de la jubilación anticipada, artistas de medio pelo, comisarios profesionales buscando mecenas...— para adjudicar un placet de nostalgía admitida, es decir, cómoda y consoladora: estoy pensando en la vergonzosa y manipuladora exposición Desembarco de los 80, montada sobre mentiras para mayor gloria (también económica) de algún superviviente... No me gusta lo perdurable como idea, aunque, claro, soy humano y tengo derecho a mi santoral privado...



¿Dónde vivías y a que te dedicabas en aquel momento?

Cuando eclosionó mediaticamente la movida de Vigo, yo vivía en Coruña —ni A Coruña ni La Coruña, simplemente el nombre femenino de esa ciudad-señorita a la que amo— y trabajaba haciendo el único programa de radio de las FM de Galicia donde sonaban los Sex Pistols, Elvis Costello, Television, Patti Smith, los Ramones... Primeró se llamó Frenesí, luego El lado salvaje —ambos emitidos por Radio Popular de Ferrol, aunque producidos en Coruña— y más tarde Vuelo nocturno, en la FM de Radio Coruña-Cadena SER. Había regresado en 1980 de Madrid, donde había tenido la suerte de ser testigo de los primeros conciertos de los grupos simpáticos de la movida, y encontré que Coruña era un erial donde la gente de mi generación todavía seguía colgada, en el mejor de los casos, de Emerson, Lake & Palmer y, en el peor, de Mercedes Sosa. La Naval no fue el único proyecto en el que me envolví: también organicé conciertos de rock semanales en una discoteca y coproduje dos concursos de rock para el ayuntamiento de la ciudad. La tristeza inicial que encontré mejoró, pero no demasiado.


De los artistas de aquella fructífera época, ¿con cuál te quedas?

No hay duda para mí: Siniestro Total. Eran provocadores, mucho más cultos de lo que dejan entrever sus groserías y les gustaba el blues negro estadounidense, lo cual era francamente extraño en Galicia, donde todo aquello nacido en los EE UU era considerado "imperialista" por influencia de la ceguera nacionalista.


¿Cómo se creó La Naval? ¿Con qué otras revistas competía? ¿Qué la hacía diferente?

La creamos un grupo de periodistas más o menos aburridos. Trabajábamos en diarios y radios de A Coruña y en aquella aldea no era difícil tener buenas agendas y cierto nivel de influencia mediática. La revista se inició con 100.000 pesetas que puse yo —tenía una cuenta a plazo fijo con el resultado de la venta de un piso de mis padres—. Creo que es obvio lo que sigue: nunca recuperé el dinero.


¿Cómo era el ambiente de los colaboradores de La Naval?

Aunque permanecí durante todos los números en el consejo de redacción, aquello no era lo mío. La línea editorial de la revista estaba basada en el atlantismo como supuesta alternativa a la cultura mediterránea. Pronto derivó en un intento de empacar una idea de Galicia como marca y venderla a los peninsulares. Es decir, nacionalismo, low-fi y travieso, pero nacionalismo al fin y al cabo.





¿Cómo acabó La Naval?

En mi caso, con un agujero en el banco. Otros le sacaron más rentabilidad. Por ejemplo, Radio Océano, el grupo creado por dos de los miembros fundadores, grabó un disco que pagó Radio Nacional, donde trabajaba, por cierto, el cantante-líder.


¿Qué es lo que más echas de menos de aquello?

Una sensación de clan que no estaba mal, pero a eso se limitaba, a la tribu y a la masturbación mútua entre periodistas. Una mafia, como cualquier otra.


Y en el número “500”, llegó el artículo acerca de Syd Barrett en el monasterio de Oseira. ¿Te basaste en alguna leyenda urbana?... más bien rural… ¿Cómo se gestó el artículo?

Nació en mí y en la fascinación que siento por Syd Barrett y su obra. No hay ninguna leyenda como punto de partida. Es una ficción personal.



Hace unos años que el artículo, sin referencia directa del texto se mueve por internet ¿Causó alguna reacción en su momento?

Ninguna en absoluto. La Naval tenía una pegada bastante limitada. Me entero a través de ti, y me enorgullece el interés, de la repercusión de aquella pieza y me hace mucha gracia encontrarla asociada a supuestas leyendas urbanas o firmada por otros. Bastantes años más tarde de la publicación inicial de la pieza escribí una versión ampliada y corregida para una serie sobre discos hipotéticos. La publiqué en un blog que con el tiempo terminé cerrano y añadí las letras de algunas de las canciones de Spanishgrass.


¿Por qué elegiste a Syd Barrett como protagonista de aquella aventura en el monasterio? ¿Por qué Oseira?

Porque Syd Barrett es uno de mis músicos de cabecera y porque Oseira, un lugar de gran fuerza telúrica, me pareció adecuado como escenario para la ficción. Los veranos en el monasterio del escritor inglés Graham Greene, el poder de la naturaleza, el retiro, la nobleza primaria de los monjes cistercienses... Todo eso, según recuerda mi frágil memoria, tuvo que ver con la idea inicial.


¿Qué escuchas últimamente de música?

Lo que nunca he dejado de escuchar: blues viejo (Charlie Patton, Howlin' Wolf, Bessie Smith...), Bob Dylan, King Crimson, David Bowie, los Beatles... No soy un modelo de novedades. Lo más nuevo que me ha emocionado es Wilco.

¿Cómo llegaste a la fotografía?

Sé revelar en cuarto oscuro desde mi adolescencia y desde entonces hago fotos, pero nunca tuve una intención distinta a la familar. Hace unos años, durante la convalecencia de una enfermedad y con mi primera cámara réflex digital, empecé a usar la fotografía como forma de terapia, para intentar buscar la humanidad que sentía que huía de mí. De modo natural, regresé a la fotografía analógica. Y aquí estoy: he expuesto algunas veces y me gustaría tener más tiempo para llevar adelante proyectos fotográficos. No es fácil...


¿Qué te llevó a EEUU, y a San Francisco en particular?

To make a long story short, ganas de dejar atrás España y su tristeza.

En la serie strike tus fotografías parecen no captar el momento sino el espíritu de aquellos que aparecen en ella. ¿Será el toque mágico de lo analógico?

Otras, sin embargo llevan a lo onírico, como la serie Her name is Holga. ¿Fueron tomadas en EEUU? ¿Qué te inspiraba?

Casi nunca puedo explicar una foto, sobre todo las que hago en la calle de manera instintiva. Alguien dijo que el fotógrafo es, debe ser, un emisario de su propia tristeza. Me aplico el cuento.


Tu blog es magnífico, tanto en su trabajo fotográfico como en los textos que escribes para ellos. ¿Crees que tienen algo en común?  ¿A qué se debe esa preferencia por el blanco y negro? ¿Qué te hace elegirlo en lugar del color?

Veo en blanco y negro. Siempre ha sido así. No pretendo que sea mejor o más arty: es un condicionante espiritual.


 ¿Y ese romance con Holga? ¿Qué tiene ella que otras no tienen?

 La cámara Holga es un instrumento simple, un juguete plástico, barato y sin sofisticaciones de ningún tipo. Me encanta tontear con sus caprichos y creo que ella me corresponde regalándome milagros. Tengo más de 50 cámaras: si me obligasen a quedarme con una sola, sería la Holga.

¿Qué es "Oraciones Sucias"?

Un tumblr, un cuaderno de recortes, un microblog... Tengo otro, Hot Parade, sólo dedicado a fotos, y dos webs, joseangelgonzalez.com, mi sitio oficial, que he reconstruido hace poco tras una pérdida accidental de archivos, y joseangelgonzalez.net, donde alojo aquellas de mis fotos que me avergüenzan menos.

¿Alguna ambición artística por cumplir o desarrollar?

Vivir e intentar ser feliz, que no es poco.






Esto no acaba aquí

1. José Ángel acerca del redescubrimiento de su artículo de La Naval.

Y próximamente:
2.¿Qué pasó con aquel otro rumor anexo a este, de un disco perdido de Syd Barrett llamado Spanishgrass, editado en 1978 por  Nonsense Music?



viernes, 7 de junio de 2013

Curiosidades - Syd Barrett En Galicia (3/4)

LAS ENTREVISTAS

El artículo de La Naval incluye una segunda sección con una serie de entrevistas muy dignas de comentar para llegar a constatar la veracidad de los hechos relatados en la primera sección. Haciendo click aquí, verás el artículo original de 1986 con las dos secciones. Felix Atagong, analizó cada una de estas entrevistas, y sus conclusiones aparecen con el texto en rojo.

OSEIRA. 1985
 “Creímos que no sabia hablar nuestro idioma o que era mudo. Venia por aquí casi a diario, de atardecida, y tomaba unos vasos de vino mirando la televisión (...) Sabíamos que paraba en el monasterio y que era inglés, paisano del novelista... A veces salía de paseo cara a Povadura, en la sierra y no hablaba con nadie. Creo que vino la primera vez en el 68 o en el 69 después nos acostumbramos a verlo llegar todos los años, en los primeros días de diciembre. Ahora es más querido, se relaciona más con el pueblo, pero sigue saliendo poco. A mi me regalo un disco para la máquina que aun sigue ahí y seguirá hasta que la venda, porque los mozos ya no se gastan en eso las perras (…) Su mejor amigo aquí es Paco Gasalla, el de la Cámara Agraria, que estuvo de
emigrante allá en Inglaterra y habla el inglés.” 
Arcadio Mourín
Comentario: No se ha podido localizar ni el bar El "Sabadelle" 

OSEIRA. 1985
“Conocí personalmente a Syd en una visita al Padre Durán, amigo de mi familia desde hace mucho tiempo. Fue en el monasterio en las navidades de 1975... Barret y el padre hablaban de Graham Greene. (...) Yo pensaba que era pintor porque lo vi subir bastante al monte y llevaba una libreta grande, de esas de pintar, y un estuche con lápices. A principio no hablaba ni una palabra de castellano. Con los monjes conversaba en inglés, sobre todo con el padre Duran, y con otros en francés. (…) Todavía no lo conozco muy bien, ni siquiera supe que es músico hasta que vino por aquí un periodista inglés. 
Nos vemos bastante todas las navidades. El siempre me trae algo de Cambridge. 
Yo aprovecho para practicar inglés, que buen falta me hace. Y él me pregunta cosas del pueblo, cosas sobre la vida de la gente. (...) Es muy tímido, muy artista.”
Francisco Gasalla.

Comentario: Imposible de localizar.

OSEIRA. 1985

“El señor Barret, al que conozco desde hace bastantes años, me ha rogado que sea discreto y que no acceda a ningún tipo de contacto con la prensa. Un semanario británico publicó hace años un reportaje sensacionalista lleno de exageraciones y no nos gustaría que ocurriese nuevamente algo similar.”

Leopoldo Durán, monje de Oseira. Amigo personal de Syd Barret y Graham Greene.


Comentario: No hay señales de Syd en la vida y obra de Leopoldo Durán.
 
OSEIRA. 1985
“En una ocasión fuimos a Carballiño. Invité especialmente a Syd porque en el Festival de Cine que hacen todos los años ponían una película con música de Pink Floyd. Se titulaba “El Valle”, estaba hecha por alemanes. Una película de aventuras en África. Syd no la había visto nunca antes y estuvo muy quieto, mascando “Sugus”, un vivió que no abandona. Se lleva varios paquetes todos los años a Inglaterra. “Son para mis amigos hippies”, me dijo una vez. Le pregunté si le había gustado la película y me contestó que “sólo la música”. (...) A veces le ofrecí subir a mi casa a que tocase la guitarra o el “Casio” que le regalaron a mi hija los abuelos por su santo, pero él siempre
decía que no. Decía que ya había hecho “too much music”, “demasiada música”.
Francisco Gasalla

Comentario: No se ha podido localizar ni el bar El "Sabadelle".

 

SAN FRANCISCO (EE. UU.). 1983
“Mi primer trabajo como productor de discos fue en 1967, en Londres, ciudad que vivía una etapa de verdadero frenesí musical. Hice varios “singles” con Pink Floyd, un grupo de Cambridge que tenía muy poco que ver en aquel entonces con lo que son hoy. Estaban locos, realmente locos; tomaban todo tipo de drogas continuamente, pero eran realmente creativos, sobre todo Syd Barret, su cantante, guitarrista y principal compositor. (...) Le perdí la pista hace tiempo, aunque Barret me escribió en una ocasión para pedirme una copia de “See Emily Play”. Se la envié a Cambridge y no supe nada más de él. En la carta me decía que deseaba regalarle el disco a un buen amigo.” Joe Boyd, productor discográfico y realizador de cine en una entrevista publicada por la revista “Cult”

Comentario: Joe fue uno de los fundadores del UFO club, y produjo  "Arnold Layne", pero no "See Emily Play". En ninguno de las revistas llamadas Cult, se ha encontrado esta entrevistas.


LONDRES. 1982
“El niño mimado de la psicodelia ha encontrado la paz en brazos del catolicismo contemplativo. En el monasterio de Oseira (Galicia, la zona española geográficamente más cercana del Reino Unido), Syd Barret, fundador de Pink Floyd y “enfant terrible” del “underground” londinense de los años 66-67, descansa se dedica a pasear por el páramo. (…) Rodeado de monjes, Barret se mostré orgulloso, engreído y hasta grosero. (…) “Aún estáis esperando que regrese, buitres carroñeros”, grité semi-histérico. (...) Con razón su madre lo expulsa anualmente de su casa de Cambridge. De ese modo la paciente señora se asegura unas navidades placenteras.”
Reportaje firmado por Kurt Digger en el semanario musical “Sounds” bajo el titular “Barret: Mad as Always” (“Barret: Tan loco como siempre”)

Comentario: Cierto que había una revista llamada "Sounds" en la época, pero ninguna con esta entrevista.


LONDRES. 1969
“A finales del año pasado recibí una tarjeta posta de Syd. Una vista turística de un monasterio español llamado Ossarium (sic). Sélo eran dos estrofas de “See Emily Play” “No hay otro día. Vamos a probar de otra forma “Perderéis la mente y jugareis a los libres juegos de mayo.” Desde entonces no he sabido nada mas.” Jo Cannon, responsable del “Light Show” de los primeros conciertos de Pink Floyd, en una entrevista publicada en la revista “Oz”


Comentario: Jo Gannon fue técnico de luminotecnia del espectáculo de Pinkf Floyd en la época, y dejó el grupo poco antes de que éste se convitiera en un éxito internacional. A finales de 1968 Syd no estaba en Oseira, sino en Londres, en Wetherby Mansions, con Duggie Fields. Jenny Spires visitó a Syd a final de 1968.

LONDRES. 1968
“El Aprendiz de Brujo no ha podido con el “speed”. Syd Barret, primer cantante de Pink Floyd, vive desde hace dos meses perdido en la vida monacal en un pequeño lugar al noroeste de España. La madre de Barret confirmó hace pocos días que su hijo se encuentra “de viaje”, pero negó que ello tuviera con posibles problemas físicos o mentales. “Esta haciendo turismo, simplemente”, comentó la señora Barret, propietaria de una tienda de loza en Cambridge. (…)
Tras su definitiva separación de Pink Floyd, en enero pasado Barret viajó por diversos países del continente para establecerse finalmente en un monasterio de Galicia, en el noroeste de España. Este extremo fue revelado por el experto en luminotecnia y amigo personal del cantante, Jo Cannon.”
Suelto sin firma insertado en la revista “Internacional Times” órgano del “Underground británico”


Comentario: La madre de Syd no tenía ninguna tienda, y esta esntrevista no se encuentra en "International Times".


MENORCA. 1975
“Supe que Syd Barret atravesaba una época mala y lo invité a pasar una temporada en mi casa, aquí en Menorca. Me pregunto donde estaba ese sitio y le respondí que en España, al lado de Ibiza. “De ese país solo me interesaba un lugar”, me respondió. Nunca supe de donde hablaba. (...) Hace pocos meses me envió una cinta, grabada con música tradicional de alguna región española. Eran gaitas parecidas a las escocesas pero tenían más sentimiento. Algo realmente espiritual.”
Robert Wyatt, músico británico asiduo de las Baleares, en una entrevista realizada por Claudi Montaña y publicada en la revista “Vibraciones”.


Comentario: No hemos podido consultar dicha revista.

LONDRES. 1985
“Supe en Oseira que Syd Barret era asiduo del monasterio y le escribí a Cambridge ofreciéndole que compusiera la música de “Monseñor Quijote”. Graham Greene y los productores estaban de acuerdo. Sin embargo, Barret declinó la oferta en una carta muy amable. Me deseaba suerte y éxito para la serie, confesaba ser un admirador de Greene y un “acérrimo defensor de la pureza de Oseira.”
Rodney Bennet, director de “Monseñor Quijote”, producción de “Thames Televisión” filmada en parte en Oseira y basada en la novela del mismo título escrita por Graham Greene. Publicado
por la revista “Film Maker”


Comentario: En esta época no había niguna revista con este nombre, que sepamos. Ninguna biografía de Bennett menciona a Syd ni a ninguna posible colaboración.


CONCLUSIONES
Está claro que el artículo es lo que se ha venido a llamar últimamente fan-fiction, más que hoax, pero sin llegar en absoluto a la amplitud que suelen tener estos textos, y viene de la mano de alguien que sabe escribir. Estos relatos, como decimos, suelen ser interminables y aburridísimos. El autor de este texto, José Ángel González, supo coger una serie de datos y fuentes, algunas reales, algunas ficticias, y jugar con cierta ironía de fondo. Un genial artículo periodístico en toda regla.

Así que Syd, no visitó el monasterio de Oseira desde el año 1968.
Sin embargo, algo sí que hemos ganado; la investigación no sólo nos llevó a este brillante artículo, sino también a conocer a su autor, del que pudimos conseguir no sólo una entrevista, sino a conocer su creación literaria y fotográfica, que son algo más que dignas de mención. 

Todo acerca del autor de 
(y del álbum perdido de Syd, Spanishgrass)



sábado, 1 de junio de 2013

Curiosidades - Syd Barrett En Galicia (2/4)

SYD Y LA ARMONÍA CELESTIAL:

Nuestro benefactor, Emilio Alonso
Como ya te íbamos contando en Syd Barrett En Galicia (1), rumores en internet de una o varias estancias de Syd Barrett en Galicia provocaron que investigáramos el artículo original publicado en La Naval en 1986. Uno de sus colaboradores, Emilio Alonso Pimentel, ni más ni menos, pasó por el escáner la revista original, y por ello, le estamos agradecidos. Puedes hacer clic en ellos para verlos a mayor tamaño, o mirar un poco más abajo, donde podrás leerlo más claramente.



El artículo original de José Ángel González se divide en dos partes. En la primera se introduce el tema de este, Syd en Oseira, aderezándolo más con ambiente que con detalles. La segunda son entrevistas que abarcan décadas, a personas que conocieron a Syd, comentando acerca de su visita y de él mismo. Hasta este punto, no sabemos si todo esto ocurrió. Sólo tenemos el artículo y muchos detalles, y hasta testimonios. Además, hasta este momento no hay ni una sola mención del disco perdido, Spanishgrass (Nonsense Music, 1978).

La investigación del asunto siguió compartida con el Reverendo Felix Atagong y Solo En Las Nubes. Ya conoces la Santa Iglesia de Iggy La Esquimal del Señor Atagong, en la que se profundiza en asuntos pinkfloydianos hasta llegar al fondo del asunto.

La primera parte del texto es la siguiente:

"SYD BARRET BUSCA EN OSEIRA
LA ARMONÍA CELESTE"


Leopoldo y Graham
En Oseira comienzan a estar acostumbrados a ellos. Ambos son británicos, de ojos azules y se turnan en la visita anual al monasterio. El novelista Graham Greene, tal vez por mimetismo con sus lejanas experiencias tropicales al servicio del Foreing Office, prefiere el verano y por lo tanto, el seco olor de la tierra resquebrajada. Sus visitas anuales a Oseira, donde es atendido por el monje Leopoldo Duran, confidente y cicerone del maestro británico, han quedado reflejadas en la novela “Monseñor Quijote”. En una de sus páginas Greene define Oseira como “una isla abandonada que acaba de colonizar un puñado de aventureros empeñados en construir un hogar en las ruinas de una civilización pretérita”.

Tal vez esta misma idea ronda en la mente del otro huésped anual del monasterio: Syd Barret, fundador y director del grupo Pink Floyd mediada la década de los sesenta. Una de esas leyendas que periódicamente convulsionan el mundo del “pop” se refería al prematuro retiro de Barret a un “monasterio español”, aunque nadie o casi nadie se decidiese a contrastarla sobre el terreno. Barret, más invernal que Greene, acude a Oseira durante el mes de diciembre desde 1968.El autor de los dos discos “mas genuina-mente psicodélicos de la historia del “pop”, tal como afirma John Peel al hablar de “The Madcap Laughs” y “Barret”, busca cada año en Oseira una armonía celeste que ni la fama ni el LSD le proporcionaron.

El pueblo es melancólico. Con esa tristeza especial, honda y cautivadora, que sustenta los cánones de belleza nórdicos. A pesar de ello, no tiene gran cosa aparte del monasterio, “el escorial de Galicia”, enclavado en la gran sabana arenosa que rodea las faldas primeras de Serra do Faro, Maelstron de Oseira y refugio espiritual de los monjes en sus cíclicos retiros. 

Bar "Sabadelle"... (pero de Lugo)
Esta también el (único) bar, claro. El “Sabadelle”, un café triste cuyos muros originales, graníticos y rugosos, fueron encementadas no hace tanto por albañiles escasamente duchos. Es un triste lugar que no desentona con el paisaje ni con la mirada acuosa de su dueño, Arcadio Mourin “treinta anos de vida en Galicia y veinte de morriña en Cataluña”. De sus dos décadas mediterráneas Mourin solo conserva una férrea repelencia al “pan amb tomaquet” y una, no menos vehemente pasión por el Fútbol Club Barcelona, evidente en las paredes del “Sabadelle”, cubiertas por banderines “blaugranas” y fotos de “Lobito” Carrasco. La decoración del bar se complete con calendarios de ferreterías y bazares de Carballiño y Chantada, clavados junto a algún ajado pasquín que anuncia”grandes fiestas” en Villamarín. En un pequeño galpón anejo al “Sabadelle”, recubierto de uralita verde semitransparente, Arcadio Mourin ha instalado un “salón juvenil" para la mocedad del municipio, que allí se reúne los sábados por la tarde a jugar en un futbolín de siete bolas a peseta. 

Junto a una pila de cajas de refrescos, en un extremo de la dependencia, reposa la máquina de discos, una “Wurlitzer” fabricada en 1966, adornada con cromados abundantes y pintada, como en un guiño hacia la militancia futbolera de su propietario, de fucsia y azul. La oferta musical de la “rockola”, renovada de pascuas en viernes por un viajante orensano, representante también de una conocida marca de galletas, es variopinta pero vulgar. Por un peso usted puede ambientar musicalmente el lugar con canciones de Georgie Dan, Fuxan osVentos, Azul y Negro, Golpes Bajos, Xoan Rubia o Duran Duran. El tema menos oído de todo el repertorio de la máquina esta identificado con la letra B y elnumero7. Raro es el joven que se decide a emplear en él una moneda, tal vez porque la pequeña cartulina donde están escritos titulo e intérprete es poco menos que ilegible. Si Arcadio Mourin o permite, el visitante puede abrir la cúpula plástica de la “Wurtlizer” y examinar el “single” en cuestión, el único que no proviene de las limitadas existencias del viajante orensano. Se trata de una edición británica, fechada en 1967, de “See Emily Play” y “Scarecrow”, dos canciones interpretadas por el grupo Pink Floyd y escritas por Syd Barret.

José Ángel González

 

Para los más curiosos
aquí tenéis dos enlaces




En la siguente entrega,
la segunda parte del artículo de 
La Naval, 
es decir, entrevistas a:

Arcadio Mourin (dueño de el "Sabadelle")
Francisco Gasalla (amigo español de Syd Barrett)
Leopoldo Durán (monje del Monasterio De Oseira)
Joe Boyd (productor de Pink Floyd)
Kurt Digger (periodista)
Jo Cannon (Técnico de luces de espectáculos)
Robert Wyatt (el mismísimo señor Soft Machine) 
y
Rodney Bennett (director de la serie "Monsignor Quixote")