A petición popular, la segunda parte de Pink Floyd BBC Archives. Después de aquel BBC 1967-1969, es normal que nos quedemos con ganas de más. Sin embargo, no hay en éste ningún tema de Syd, por eso la pequeña reticencia para publicar esta entrada.
Bueno, el espíritu de Syd sigue ahí, según el batería Nick Mason, que hace poco ha mencionado la presencia de éste espíritu durante toda la carrera del grupo.
Nuestro agradecimiento eterno, de nuevo, a Harvested.
Por motivos técnicos, que casi podríamos considerar perennes, hemos de hacer referencia a otra web para la descarga de tal monumento sonoro: SeedFloyd.
Os recomendamos que la trasteéis un rato también, por supuesto.
Ambas son las bandas del rock y de la psicodelia más destacadas del panorama ibérico a día de hoy. Mientras Los Planetas siguen aflamencando su repertorio, sorprendiendo en el cuándo y en el cómo, Sidonie nos son más piadosos y nos tienen en constante movimiento con su sonido psicodélico a lo Swinging London de finales de los 60.
Pocas bandas pueden crear canciones con un título y un sonido y una calidad como A Mil Años Luz, que representa ni más ni menos que un respiro en este panorama aburrido y molesto en el que está empantanada la música actual.
Acerca de este tema, Marc Ros, su compositor, nos cuenta que...
"En 1984, a la edad de 10 años, avisté un OVNI en compañía de mi padre y mi tío en la población de Begues, provincia de Barcelona. Desde entonces, he esperado en vano una segunda visita y volver a experimentar algo tan inquietante y bello como la visión de aquella esfera luminosa moviéndose velozmente por el cielo. Este hecho real ha inspirado esta canción, lo crean o no. En el estudio, grabando A Mil Años Luz, nos convertimos en astronautas, e intentamos llevar el sonido más allá de su propia velocidad en un viaje a lo desconocido para revivir el contacto y capturar aquella sensación. Esta canción está dedicada a todos aquellos que miran a las estrellas más de lo normal, con miedo, sí, pero también con el anhelo de vagar libres y solos a mil años luz”.
Octubre ha sido el mes del lanzamiento de El Fluido García ¡Y de manera polimorfa!
El Fluido García
El álbum, cuyo título es el nombre del misterioso líquido de aparece en la fantástica obra El Anacronópete (Enrique Lucio Eugenio Gaspar y Rimbau, 1887) promete y mucho.
Te presentamos los temas uno a uno (puedes hacer clic en el título de la canción) y alguna curiosidad relacionada con el álbum y el tema en particular...
Empezando por la imagen de la portada original de 1903:
El Viento En Los Sauces (Kenneth Grahame)
Con El Viento El Los Sauces, el escocés Kenneth Grahame, compuso un canto a la amistad y a la vida. De esta obra, famosísima internacionalmente, y protagonizada por animalillos del campo, debemos destacar, además del capítulo 7, que da título al álbum, un personaje... el sapo. Todo un personaje, nunca mejor dicho. Parece ser que el tiempo hace dudar de que éste sea un libro extrictamente infantil. De recomendada lectura, por sus puesto.
Ya te hablamos de este tema que tocaron en la BBC y de aquella infame entrevista. Pues bien, Este canto a las estrellas, tiene como punto de referencia sonoro a la pieza planetaria del compositor inglés Holst, dentro de su famosa suite de los planetas: Mars, The Bringer of War. Así sonaba, dirigida por Holst:
Este tema, que hace referencia a su pareja de principios de los sesenta, Jenny Spires, el riff de Lucifer Sam se suele comparar con el de John Barry (o Monty Norman). El primer largometraje de James Bond, Dr. No, fue estrenado en Inglaterra en 1962. Influencia o no, es una delicia de títulos de crédito:
En un principio, la letra de este tema estaba compuesto por trozos de poemas de Cautionary Tales de Hilaire Belloc. Los herederos de Belloc se negaron a que se usara en The Piper. La solución fue que Syd escribió una de sus letras más memorables. Conozcamos a la verdadera Mathilda y a su trágica historia.
Buena nota tomó Syd Barrett de la técnica de tocar la guitarra de Keith Rowe. A parte de esto, este tema de AMMmusic inspiró el comienzo los efectos de sonido de Flaming, esa canción que empieza con "Alone in the clouds..."
Están claras las influencias jazzisticas de aquellos primeros años de Pink Floyd. Syd era un enamorado del jazz, así lo atestigua (¡Y personalmente que me consta!) en insigne fotógrafo de Jazz Jeffrey Foskett, que presenció el momento en que Roger Keith se transformó en Syd Barrett, en un club de jazz de Cambridge. "Es una señal", dijo al ver que uno de los músicos se llamaba Sid Barrett.
Éste era uno de sus temas favoritos.:
El primer tema que firma Roger Waters en un álbum. ¿Sabías 25 años después comenzó una canción con las palabras que en éste?; El tema Amused to death del álbum del mismo título de Waters también comienza con "Doctor, doctor" .
La historia es bien sabida y repetida por Joe Boyd. En conversación con Barrett, Boyd tarareó el riff de My Little Red Book, de Love (compuesto por Bacharach y David). Syd se dirigió a su guitarra, y sacó el interestelar riff de este tema.
Las casualidades y paralelismos entre David Bowie y Syd son numerosos y sorprendentes.
Los dos gnomos, el de Pink Floyd y el de Bowie, vestían de color escarlata... ¡¡Qué cosas!!
Señoras y señores...The Laughing Gnome de David Bowie, de su sorpendente (en muchos sentidos) álbum homónimo de junio de1967. Lo aderezamos con las imágenes, bien apropiadas, de este videojuego.
Eran los sesenta unos tiempos propicios para la entrada de oriente en occidente. De esta permeabilidad, los viajes a la India de nuestros rockeros favoritos, el "sitar" de Brian Jones y este tema, cuya letra está tomada del I-Ching, el libro de los cambios. Según la Wikipedia, es un libro adivinatorio y también un libro moral, a la vez que por su estructura y simbología es un libro filosófico y cosmogónico. Se cuenta que el que más y el que menos del Underground londinense hacían uso de este libro. El órgano de Rick, suena en ese el estilo al que irónicamente, el grupo llamaba Tukish Delight.
La cara B de See Emily Play, ni más ni menos. Canciones como estas, no serían posibles si Cambridge no tuviera un lugar como Grandchester Meadows. Desde Ummagumma, Pink Floyd le dedicaron un hermoso tema a este encantador lugar de las afueras de la ciudad. Disfruten del paisaje.
Tras el himno que es a la infancia, bike acaba con una pieza de lo que se denomina Música Concreta. François Bayle, Delia Derbyshire, Pierre Henry y Francisco López están entre las ilustres filas de este tipo de música (Del que buena nota tomaron Frank Zappa en Freak-Out (1965), o Los Beatles en el final del Sgt. Pepper de los Beatles (1967) y Revolution 9 (1968).
El tema del siguiente clip es de Delia Derbyshire, la coautora del tema principal de Dr. Who.
Para otro viaje periférico al sonido de Syd y sus Floyds, haga un clic AQUÍ.